“Maestro, esta mañana le pregunté qué nos puede decir acerca
del placer del sexo y del dinero”?
La joven visitante se encontraba en primera fila después de la
meditación, ya con sus ojos cansados después de un día de vida de ashram.
-Nuestro combustible como seres humanos es la energía, que viene a
estimularnos a través de la comida, el sexo y el dinero, o sea saciar el
vacío del hambre, del deseo y del poder. La lucha encarnizada que
libramos para la supervivencia, excitándonos y buscando placer en la
gratificación de sentir el poder de manejar la vida, aunque sea por unos
instantes.
- Es el placer por recuperar la “unión” primaria del vínculo con
la madre cósmica proveedora, representada en la madre que nos deja al parir y
lo suplimos con el pecho, con la relación sexual que se agota en pocos
minutos y con el dinero que gastamos en los objetos que queremos
poseer. Así desarrollamos la consciencia de necesidad de Ser dos y de
necesitar de ese dos para volver a Ser uno.
-La energía sexual, es la expresión física de la energía psíquica
que nos vincula con toda la materia, generando experiencias de identidad, de
valorización y de posesión. La materia y la energía están unidas.
-Esa energía psíquica que nos da el poder de representar las
cosas, imaginarlas, en vez de vivirlas, es como una sobreexcitación
alucinógena. Todas las imágenes de propaganda televisiva, radial e
impresa se basan en estimularnos imaginariamente con esos tres placeres, como
una masturbación psíquica.
-Nos damos cuenta que no necesitamos del dos para Ser uno, lo
imaginamos .
-Cuando perdemos la gratificación sexual por desvalorización
de ser hombres y mujeres, sin la energía sexual polarizada, buscamos
desesperadamente la compensación de la comida y del dinero.
-En el juego de azar, el poder del dinero suple la lucha del
poder del sexo entre el hombre y la mujer. Es una representación teatral
externa de lo que pasa internamente. Apostando , dando hasta acabar el dinero
que tenemos , y por querer recibir más de lo que dimos,
perdemos lo que teníamos , cambiamos el dar placer para experimentar el
orgasmo , por la apuesta y la pérdida: El deseo de” saltar la banca”
suple al deseo de “partirla en dos”, o “comérmelo todo”.
La conquista del sexo opuesto para dominarlo termina con una
eyaculación, una perdida. La conquista del vacío o del hambre de
tener, acaba con la suerte de una bolilla, hasta fundirse en la “banca
rota”
Hemos perdido la posibilidad de la Unión de SER y retornamos
al vació de valer nada y de la depresión.
“Maestro, no le parece un poco dramático lo que dice, acaso antes
de ser Gurú no tuvo esas experiencias”.
-Dese cuenta, ahora Ud. actúa como darle un vaso vacío al
que tiene sed, con el tiempo y si sigue persistiendo en sus disciplinas,
llenará su cántaro con un "agua viva" que nunca más querrá derramarla
sino compartirla.
La joven quedó sollozando en silencio después de que el último
meditador dejara la sala.
El Maestro se dio cuenta que no había llegado a cenar. La encontró
en la sala de meditación, se acercó con cuidado de no invadir su mundo, se
arrodillo ante ella y la contuvo de los hombros.
En ese instante en el Ashram, un grito de profundo dolor se
desahogó en la noche estrellada.
Por Sísul 9-3-14