Por años el maestro enseñó a escuchar entre los sonidos, el silencio. Transmitió los mantras sagrados a los discípulos que prevalecieron, explicó cómo las cuerdas vocales son al cerebro, como las cuerdas afinadas de una guitarra a su caja de resonancia del vacío.
Luego de enseñar la técnica de meditación y haber Meditado con sus discípulos en una profunda serenidad, el discípulo le preguntó al Maestro:
Maestro, ¿Cómo se puede expresar el silencio?
El maestro sin salir de su profunda paz le dijo gritándole:
¡Cállate la boca!.
Por Sisul.
Por Sisul.
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