Un día el Maestro murió y dejó este plano sin aclaración de quién había alcanzado la sabiduría para ser el guía como un Hermano Mayor de los demás discípulos. De inmediato la mayoría dejó las prácticas al no estar el Maestro observándolos y cayeron en la rutina del confort y los placeres. Unos, ante este hecho se desilusionaron y decayeron en una depresión profunda, otros se fueron frustrados a realizar sus propias empresas, al ver que el sacrificio de tantos años se derrumbaba, otros siguieron el rumbo de otros Maestros que se habían ido antes del Linaje.
Entre las notas que el Maestro había dejado, (a las que le gustaba siempre remarcar en el sermón cotidiano), era la historia de la lucha del Ángel con Jacob durante toda la noche, hasta que al amanecer el Ángel se retira.
Siempre se preguntaba el discípulo cómo el Ángel, siendo el Maestro todopoderoso, luchaba con el discípulo y no lo derrotaba ante su ignorancia de querer enfrentar a su propio Maestro. Y para colmo al amanecer se deja vencer y desaparece, mostrando la debilidad del Maestro y la ruptura de la tradición.
En ese momento, cuentan los que Saben, el discípulo miró a su alrededor desde la cabaña del Maestro, mientras a lo lejos se veía el cortejo fúnebre que seguía el pueblo que lo veneraba, tomó la túnica del Maestro, se envistió de ella y se puso a Danzar. A cada paso saltaba con un grito de Alegría.
El Ashram hasta hoy se le llama por el pueblo que lo rodea: El Ángel.
Por Sisul.
Por Sisul.
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