Terapia Holográmica: Sanación del Alma

viernes, 16 de diciembre de 2011

Cuentos para Despertar ZENTAO · II · La Lucha contra el Ángel


Según la leyenda, el discípulo luchó por muchos años contra los enemigos que llevaba dentro de sí mismo, para demostrar al Maestro que él podía ser el sucesor del linaje de Iniciados y así mantener la tradición de Sabiduría Viviente.


En los últimos años, residió en el Ashram donde vivía el Maestro, asimilando sus enseñanzas y ejemplos de vida. De pronto se dio cuenta que ya no lo imitaba, sino por el contrario tenía sus propias experiencias y formas de realizar la enseñanza, hasta llegar a confrontar a su propio Maestro, buscando sus puntos débiles, para demostrarle que él, el discípulo, tenía razón y fuera valorizado y reconocido por Él.

Un día el Maestro murió y dejó este plano sin aclaración de quién había alcanzado la sabiduría para ser el guía como un Hermano Mayor de los demás discípulos. De inmediato la mayoría dejó las prácticas al no estar el Maestro observándolos y cayeron en la rutina del confort y los placeres. Unos, ante este hecho se desilusionaron y decayeron en una depresión profunda, otros se fueron frustrados a realizar sus propias empresas, al ver que  el sacrificio de tantos años se derrumbaba, otros siguieron el rumbo de otros Maestros que se habían ido antes del Linaje.

Entre las notas que el Maestro había dejado, (a las que le gustaba siempre remarcar en el sermón cotidiano), era la historia de la lucha del Ángel con Jacob durante toda la noche, hasta que al amanecer el Ángel se retira.

Siempre se preguntaba el discípulo cómo el Ángel, siendo el Maestro todopoderoso, luchaba con el discípulo y no lo derrotaba ante su ignorancia de querer enfrentar a su propio Maestro. Y para colmo al amanecer se deja vencer y desaparece, mostrando la debilidad del Maestro y la ruptura de la tradición.

En ese momento, cuentan los que Saben, el discípulo miró a su alrededor desde la cabaña del Maestro, mientras a lo lejos se veía el cortejo fúnebre que seguía el pueblo que lo veneraba, tomó la túnica del Maestro, se envistió de ella  y se puso a Danzar.  A cada paso saltaba con un grito de Alegría.

El Ashram hasta hoy se le llama por el pueblo que lo rodea: El Ángel.

Por Sisul.

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