Mientras jugaba a inventar nuevas formas de encastrar las cañas de bambú para hacer un domo en la azotea de la casa,el joven le pregunto al abuelo, como lo veía viejo y cansado, cuál era el sentido de su vida.
-Servir a la vida -, contestó
-Mirá, señalando el vasto horizonte de la ciudad hacia abajo, nos pasamos acostumbrados a trabajar para otros por supervivencia, y nos volvemos esclavos del tiempo y del espacio por miedo e inseguridad externa.
Acostumbrados a que otros trabajen por nosotros para tener dinero por no valorizar nuestros valores generando desprecio.
Acostumbrados a que hagan los demas lo que nuestras propias frustraciones nos inpiden hacerlo, humillandolos y separandolos de sus propias experiencias, de su propio saber.
Acostumbrados a utilizar nuestros recursos humanos en bien de la explotación de los recursos planearios en contra de las leyes naturales y sagradas.
Así verás, desde la pequeña empresa unipersonal de barrio vendiendo cigarrillos, café, alcohol , carne, comida chatarra y drogas permitidas hasta las multinacionales amplificadas a nivel planetario a sacar usufructo y consumo sin importarles de las consecuencias que desatan, son generadas por un sistema de miedo, de desvalorizacion y de frustración para ganar dinero en favor de la destrucción de la salud , de la disociación familiar y la desintegracion de ecosistema planetario.-
-Que puedo hacer yo siendo un joven de 16 años?
-Toma consciencia que el eslabón hacia una red de servicio a la vida empieza por ti , y te encontraras tejiendo en el tejido de la trama de una nueva historia planetaria.
B.S.
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