-Porqué los hijos abandonan a los padres?-
María se expresó en voz alta, sin esperar que esa pregunta espontanea cambiara el rumbo de la vida de su hija Laura.
Hace 15 años, María esperando retener al hombre que amaba apostó a embarazarse, pero no lo pudo lograr y le cobró el precio alejando a su hija de él.
Resentida por amar sin libertad, le negó el apellido paterno, y sola, adopto los dos roles.
Como una madraza, ya no pudiéndose abrir a recibir el amor que esperaba, se apoyo en la realización de su destino dando a su hija lo que
esperaba recibir de su pareja.
Laura durante años se solidarizó con la madre, defendiéndola, negándose a ver a su padre.
La leucemia detectada en Laura fue el detonante. Todo lo que le había dado a su hija no había servido, y todo lo que le podría dar a través
de la medicina oficial y todas las terapias alternativas, hasta la oración y el peregrinaje a un sanador no parecían mejorarla.
De repente, a María, ante los ojos del anciano, le paso su imagen de niña cuando su padre atendía a su hermano mayor preferenciándolo por su enfermedad pulmonar que lo tenía postrado e incomunicado de la familia , sintiéndose desatendida y abandonada por el padre e incapacitada de hacer algo por el hermano tan querido.
En ese instante su pregunta fue la respuesta del alma, sanando con la luz de la consciencia de la reconciliación el resentimiento
generado desde entonces.
-Porqué los hijos abandonan a los padres?
Laura despertó de su sueño al escuchar la pregunta de su madre y encarnó nuevamente su rol de niña e hija de su padre.
-Mamá-, su voz segura y confiada en su destino resonó en el ambiente:
-QUIERO VER A MI PADRE, Y QUIERO PONERME SU APELLIDO-.
Y en los labios del anciano renació la sonrisa de felicidad tan olvidada, viendo el corazón de Laura abierto a dar y a recibir.
Barbasán Sísul.
In front of de mirror of the soul.
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