"Ninagawa-Shinzaemon, poeta y devoto del Zen, deseaba convertirse en discípulo del notable maestro Ikkyu, abad del Daitokuji en Murasakino, un campo de Violetas.
El preguntó por Ikkyu y a la entrada del templo tuvo lugar el siguiente diálogo:
Ikkyu: ¿Quién eres tú?
Ninagawa: Un devoto del budismo.
Ikkyu: ¿De dónde eres?
Ninagawa: De tu región.
Ikkyu. Ah. ¿Y qué ocurre por allí en éstos tiempos?
Ninagawa: Los cuervos graznan, los gorriones gorjean.
Ikkyu: ¿Y dónde crees que estás ahora?
Ninagawa: Miscanthus, dondiegos, cártamos, crisantemos, ásteres.
Ikkyu: ¿Y cuándo se han ido?
Ninagawa: Es miyagino, el campo de florecimiento otoñal.
IIkkyu: ¿Qué ocurre en ése campo?
Ninagawa: El arroyo fluye a través de él, el viento lo barre.
Quiero servirte manjares
¡Ay de mí! La secta Zen
nada puede ofrecer.
A lo que el visitante replicó:
La mente que me invita a nada es el vacío original
manjar de manjares.
Profundamente conmovido, el maestro dijo:
Hijo mío, has aprendido mucho."
tomado del libro: La Hierba crece sola - Osho
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